No me hacen gracia las famosas portadas de Charlie Hebdo. No me divierte ver al Espíritu Santo enculando al Padre mientras éste encula a Jesucristo. Quizá porque soy católico. Pero no. Mahoma me parece un pedófilo despreciable, pero tampoco me resultan graciosas las portadas que le han dedicado. No es mi tipo de humor. Pero hay algo que sí debo reconocerles: al menos intentaron ser algo ecuánimes a la hora de burlarse de sus congéneres. No es algo que veamos mucho en España.
No a la cristianofobia, defensa de los derechos humanos también para los cristianos. En el curso de la historia sus seguidores, los cristianos, han sido a menudo perseguidos y masacrados. Se creía que el avance de la civilización habría borrado los fenómenos de persecución religiosa. En cambio aún hoy la cristianofobia existe.
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