El niño necesita constantemente de sus padres, y lo sabe; es fundamentalmente un ser necesitado. Así debe ser el cristiano delante de su Padre Dios: un ser que es todo necesidad. El niño vive con plenitud el presente y nada más; la enfermedad del adulto es vivir con excesiva inquietud por el «mañana», dejando vacío el «hoy», que es lo que debe vivir con toda intensidad.
No a la cristianofobia, defensa de los derechos humanos también para los cristianos. En el curso de la historia sus seguidores, los cristianos, han sido a menudo perseguidos y masacrados. Se creía que el avance de la civilización habría borrado los fenómenos de persecución religiosa. En cambio aún hoy la cristianofobia existe.
jueves, 18 de diciembre de 2014
Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández-Carvajal
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